domingo, 22 de enero de 2017

Mentiras del sistema de precios del combustible

    En junio del año pasado le pregunté a mi primo: ¿cómo es posible que bajara a un mínimo, casi, histórico el precio del petróleo en febrero (de 2016) y el precio del combustible no bajara a la par?
Me explicó que el precio actual depende del precio del petróleo de hacía un año. Pues las refinerías compran el petróleo a un año vista. Lo cual se traduce en qué en enero de 2016, aunque estuviera muy barata la materia prima, las refinerías estaban procesando petróleo de hacía un año; a precio de hace un año.

    Todo esto está bastante bien. Suena coherente y lógico. Las compañías que se dedican al refinado tienen que tener unas grandes reservas por lo que pueda pasar. Ahora bien. Esto es mentira. Ha tenido que pasar un año para poder demostrarlo claramente.

    Entre el 20 de enero y el 11 de febrero de 2106, el precio del crudo (y Brent) estuvieron en unos mínimos históricos. Incluso estuve pensando en comprar 100 ó 200 barriles de crudo para mi casa. Con la regla de oro que me explicó mi primo el precio del combustible del consumidor no anotó diferencias a favor de este último. Pero, justo un año después de que el precio del crudo fuera irrisorio, el precio del combustible para el consumidor no solo no se ha notado en una bajada significativa del precio del combustible. Ni siquiera leve. Sino que el precio del combustible al consumidor final ha subido. Es más nunca ha dejado de subir. O lo que es lo mismo: nunca ha tenido una bajada de precio.

    Por lo tanto, se puede decir qué: El sistema de precios del combustible para el usuario final es mentira. Pura falacia. Y el que os intente convencer de lo contrario os está vendiendo la moto. Está en vuestra mano comprarla o no. Como todo en la vida.


    @eltiopacote

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